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CAMINO DE SANTIAGO DESDE HUESCA HUESCA - BOTAYA Travesía que recorre de forma integral el Camino de Santiago desde Huesca hasta Santa Cilia de Jaca donde tomamos el Camino Aragonés de Santiago y lo continúa hasta Sangüesa, primera localidad de Navarra. Son necesarios dos días ya que los numerosos tramos que deberemos hacer con la bici a cuestas le da una gran dureza. Podemos pernoctar en Botaya, en su albergue, previa llamada por teléfono. El recorrido esta marcado con flechas amarillas, pero el uso del cuaderno de rutas -solo hasta Sta. Cilia de Jaca- y sobre todo del track para GPS nos permitirán hacer el recorrido con mas tranquilidad. A fecha de hoy -28-06-15- las marcas están recien pintadas en algunos tramos y se siguen con claridad e incluso se han jalonado de señales en madera con el símbolo del camino. Quiero aclarar que el cuaderno de rutas no pasa por el monasterio de San Juan de la Peña porque he querido reflejar la opción más "dura" y complicada de las dos posibles, pero este queda a escasa distancia y si deseamos visitarlo (obligado si no lo conocemos) en la descripción de la segunda etapa queda aclarada la forma de hacerlo. Como resultado de nuestro último viaje, en 2015, he añadido los tracks hasta Sangüesa y estos sí pasan por San Juan de la Peña. Descripción PRIMERA ETAPA Partimos desde Huesca por la calle Dr. Artero en donde comienza el antiguo camino de Cillas. Por buen camino tomamos dirección noroeste junto al río Isuela. El camino, suave y ancho, cruza por un túnel la autovia. En este punto abandonamos el camino de Cillas y circulamos paralelos a la autovía hasta cambiar bruscamente de dirección para nuevamente ir en dirección noroeste. Ahora el camino mas estrecho, va junto a una acequia y bajo la sombra de los árboles. Sin abandonar el camino principal, llegamos al Molino de Cortés, situado al pie del muro de contención de la alberca de Cortés. Tomamos el camino de la derecha en ligero y breve ascenso hasta llegar a la altura de la alberca. Esta fue construida como zona de regulación cuando se construyo el pantano de Arguis. De ahí que su nivel sea muy fluctuante estando tan pronto a rebosar como vacía. Se pueden observar gran numero de aves acuaticas escondidas entre los juncos. Precioso atardecer con el sol reflejando sobre el agua. Cuando llegamos al final de la alberca, giramos a la izquierda rodeándola. Nos topamos al final con la acequia que llena la alberca. Desde aquí, nos dirigimos hasta el pueblo cercano de Chimillas donde podemos descansar y coger agua en una de sus tres fuentes. Cruzamos el pueblo en dirección a la carretera de Banastás. La atravesamos por una isleta recientemente remodelada y tomamos un camino de frente -atentos al cuaderno de rutas- que al principio está asfaltado pero que luego se trasforma en tierra. Seguimos por él circulando con poco esfuerzo y dejando unos de desvíos a la izquierda. Así en el km 8,95 llegamos a un punto importante (atentos al cuaderno de rutas). En una fuerte curva a la derecha del camino, sale una especie de camino que se transforma en camino/senda, hasta que en el km 9,45 se transforma en un sendero mas o menos tortuoso, precioso, donde se disfruta de la btt. Debemos circular teniendo cuidado con las ramas de las carrascas que nos "acarician" el cuerpo y lo que puede ser peor, la cara. Sin perdida llegamos a un cruce importante situado en un claro del carrascal (km 11). Seguimos de frente en descenso por un tramo de camino que a veces parece poco marcado hasta llegar al Castillo de Castejón (km 12,4) que rodearemos por camino recientemente abierto. Seguimos en dirección noroeste hasta llegar al Castillo de Anzano (km 16,71). Desde aquí rectos, con Bolea a nuestra derecha, por buen camino y sin pérdida llegamos en 3 km hasta un desvío que tomamos a la derecha por un mal camino, muy pedregoso. Poco a poco vamos ascendiendo en dirección al pueblo. Pasamos junto a unas parideras de ganado y seguimos ascendiendo hasta llegar al pueblo. Encontramos una fuente. Giramos a la izquierda por unas revueltas en una durísima subida por cemento. Después por dentro del pueblo seguimos hasta la plaza donde está el ayuntamiento. Este es un buen momento para efectuar un descanso y realizar una visita a la Colegiata de Bolea. De Bolea salimos en dirección a las piscinas municipales a las que llegamos tras atravesar la carretera de Lierta y entrar en un camino asfaltado al principio. Seguimos sin perder la pista principal (atentos al cuaderno de rutas) hasta llegar en algo más de 4 km en ligera subida a la carretera de acceso a Aniés. Sin llegar a ella, justo unos metros antes y marcado con señales del camino de Santiago, tomamos un sendero que discurre paralelo a la carretera. En menos de 600 mts. abocamos a un camino y a la carretera de acceso a Aniés. La tomamos y tras pasar el puente junto a un crucero tomamos un camino que se dirige a una casa. Inmedatamente tomamos un camino bastante vestido que rodea el pueblo por el sur y que llega a una calle del pueblo. Giramos a la izquierda y en unos metros llegamos a la plaza de la iglesia. Salimos por la derecha de ella en descenso y junto a un parque infantil. Siempre por la pista principal (atentos al cuaderno de rutas o al track del GPS) comezamos a ascender dirigiéndonos a las faldas de la sierra de Loarre. Seguimos en todo momento marcas de camino de Santiago, GR1 y a tramos postes de una ruta senderista dejando a ambos lados caminos en mejor o peor estado. Cada vez empeora más ganando altura y atravesando un par de arroyos pequeños hasta llegar a zonas en las que seguimos casi un sendero y que por su estado pueden obligarnos a desmontar. Si estos tramos están pisados por los senderistas es fácil seguirlos. A nuestra derecha vemos en lo alto la silueta del Castillo de Loarre. Así alcanzamos un promontorio desde donde descendemos por un terreno muy suelto que al final aboca a una buena pista que nos deja en la carretera de acceso al castillo. Cruzamos la carretera y tomamos un camino en regular estado que desciende en dirección a Loarre y que aboca , junto a una fuente y un monumento al camino -una gran concha-, en una carreterita de acceso al pueblo. Seguimos en descenso hasta que cruzamos un arroyito que podemos cruzar por un minúsculo puentecito. Ya en Loarre podemos entrar en el pueblo donde hay servicios para reponer fuerzas o descender unos metros para llegar a la carreterita A-1206 que seguimos a la derecha en dirección a Ayerbe. En pocos metros tomamos a la derecha un camino que sale en dirección al cementerio al que llegamos y dejamos a la izquierda. A partir de aquí el camino empeora y en 350 metros llegamos a un cruce múltiple tras cruzar un barranquito. Tomamos un sendero entre arbustos que sale a la izquierda y marcado con señales. Esta en mal estado para ciclarlo y deberemos desmontar en bastantes tramos. En algunos momentos está muy vestido circulando por lindes de campos por el resto de un antigo camino con una tapia de piedras a nuestra derecha. Este al final aboca en un camino que asciende sin pérdida hasta la carreterita de acceso a Santa Engracia. Tomamos la carretera a la derecha en dirección al pueblo y en unos metros giramos a la izquierda por una buena pista marcada con señales. Tras dejar en unos 450 metros un camino a la izquierda, seguimos hasta un cruce múltiple donde tomamos un sendero a la izquierda entrearbustos y que ciclaremos con dificultad hasta llegar al barranco del río Seco. Seguimos el sendero marcado con piedras y en unos 400 metros comenzamos a subir por un viejo camino ahora imposible de cclar y que en subida nos deja en un cruce en el que la GR1 que seguimos se une a la GR95, compañera nuestra ya en muchos tramos hasta el final de la ruta. El camino mejora algo aunque tiene algún tramo de dificil ciclabilidad. Siguiendo por él llegamos hasta el pueblo de Sarsamarcuello que atravesamos por su parte norte - en caso de bajar al pueblo retomamos la ruta siguiendo los carteles que nos envían hacia el Mirador de los Buitres- hasta entrar en una pista que asciende suavemente entre recurvas para ganar altura. Nos acompañan ahora también marcas de GR-95 (Zaragoza - Alto Pirineo). Dejamos un camino a la izquierda que nos llevaría a Linás de Marcuello con marcas de GR-1. Seguimos ascendiendo y a partir de este momento podemos ver durante bastantes tramos como unos restos de camino deteriorado nos acompañan por la izquierda de forma paralela a la pista que seguimos. Bien pudieran ser los restos de la antigua vía romana que iba desde Caesaraugusta hasta Beneharnum al otro lado de los pirineos (La red viaria romana en Aragón - Mº. A. Magallón Botaya) y con la que confluimos hasta confundirse poco antes del km 40.52 donde dejamos a la derecha un camino que tras introducirse en el bosque acaba en el castillo de Loarre unos kilómetros más adelante. Seguimos por la pista y frente a nosotros tenemos cercanos los restos del castillo de Marcuello. Junto al camino las ruinas de la ermita de San Miguel (s. XII). Bien merece la pena desviarse unos metros y llegar hasta los restos del castillo del siglo XI y la ermita de la Virgen de Marcuello (s. XVII) y ver el soberbio paisaje sobre el llano y el Río Gállego. Continuamos el recorrido hasta dejar a la izquierda el desvío al Mirador de los Buitres y seguimos durante un tramo que desciende hasta llegar al collado de Santo Román punto del que parten varias pistas y el sendero que desciende a Riglos (GR-1). Tomamos la que parte en descenso en dirección al estrecho de Escalete y a la estación de La Peña. En un rápido descenso por una buena pista y donde dejamos trochas laterales abiertas para la reforestación llegamos a un barranco ancho y pedregoso donde dejamos la pista que sale a la derecha y tomamos la de la izquierda en ligero ascenso. Pronto comienza a descender y ya sin abandonar el camino principal llegamos a la espectacular foz de Escalete. Desde aquí solo nos queda llegar hasta la Estación de La Peña donde podemos dar por acabada la primera parte de la ruta. Salimos de la estación de tren de La Peña. Tomamos la carretera en dirección a Triste y a poco más de 1,5 km, justo antes de un puentecito sobre el barranco de Triste, tomamos a la derecha un sendero -km. 1,96- indicado como GR-95, en un principio un tanto desdibujado y también llamado camino de Ena a Triste. Seguimos en ascenso por la sierra de Santa Isabel siguiendo las señales y mojones de piedras hasta que empezamos a introducirnos en el pinar. El sendero muy pedregoso en principio no es ciclable salvo si, quizás, lo hiciéramos en dirección contraria. A tramos se nota que el camino en su día estuvo empedrado y mejor conservado ya que quedan restos de muretes que lo debieron sujetar y que el paso del tiempo, la erosión y una naturaleza siempre viva ha ido sepultando con desprendimientos. Queda la duda si por aquí pasaba la vía romana entre Caesaraugusta y el Bearn a través del pirineo como refieren determinados autores o se trata de un viejo camino medieval ya en desuso. Ganando altura de forma paralela al barranco de Triste pasamos junto a los restos de una paridera hasta llegar a un cortafuego a partir del cual comienza una pista -km. 5,08- que se introduce bajo los árboles. Ahora la pista circula paralela al barranco de Ena hasta llegar a una borda -km. 6.19- justo en el momento de cruzar por primera vez el riachuelo que en la época que hacemos el recorrido baja con bastante agua. Ahora por la margen izquierda del mismo seguimos ascendiendo ligeramente hasta cruzar por una pasarela el barranco de Perula donde dejamos también una pista a la izquierda -km 7,77-. El pedaleo es suave y el lugar precioso bajo los árboles y acompañados a ambos lados de cercas para el ganado. En el km. 9,16- encontramos un cruce de senderos marcados como PR. Por la izquierda ascenderíamos a la ermita de la Virgen del Camino (el nombre quizás sea debido al paso por aquí del antiguo camino romano como indican varios autores), pero nosotros seguimos por la pista bastante llena de roderas. Durante el recorrido nos vamos encontrando señales amarillas indicativas del Camino de Santiago que desde Huesca lleva a San Juan de la Peña. Siempre por la pista principal nos acercamos a Ena, no sin antes pasar junto a una curiosa borda -km10,16- y dejando a la derecha el camino al molino de Ena. En poco más de un kilómetro sin perder la dirección norte llegamos a Ena situado en el Sudoroel y al pie de San Juan de al Peña. Cuenta con un reducido conjunto urbano dividido en dos barrios donde se levantan viviendas que nos muestran las características constructivas de la zona. Su Iglesia parroquial dedicada a San Pedro responde a tipología popular. Salimos del pueblo en dirección a la carreterita de acceso y solo salir de él, giramos a la izquierda por un camino de tierra (no tomar el encementado que sale paralelo). Este camino llamado de Ena va dejando caminos laterales que no tomamos hasta llegar al km. 12,57 donde seguiremos por el de la derecha en descenso hasta cruzar el barranco de Cerzún. Ascendemos muy suavemente por una pista con abundantes y profundas rodadas -da la impresión que se embarra con facilidad- que no permiten demasiadas distracciones. Llevamos el barranco de Ena a la derecha hasta que lo cruzamos por una pasarela de cemento y solo hacerlo llegamos a un desvío en el km. 15,93. Ambos caminos nos llevan a Botaya, uno siguiendo en ascenso junto al barranco de Ena y el otro a la derecha. Como el marcado con señales del Camino de Santiago y GR es el de la derecha, tomaremos este en ascenso aunque su estado no sea muy bueno. Sin dejar de subir entre campos de cereal llagamos a un alto en el km. 16,99 donde abocamos a otro en mejor estado. El camino de la derecha nos llevaría a la ermita de San Adrián que para algunos expertos sería la zona donde deberíamos ubicar la Mansio Ebellinum de la vía romana ya que allí coinciden las distancias del Itinerario de Antonino (Mª A. Magallón Botaya - La red viaria romana en Aragón). Nosotros seguimos rectos en descenso hasta otro aún mejor -km. 17,56- y que no es otro que el camino que hemos dejado en el km. 15,93, es decir hemos realizado un atajo. El camino continúa sin posibilidad de equivocarnos en dirección a Botaya -km. 19,51-, pueblo situado en las faldas meridionales de la sierra de San Juan de la Peña y en la que en su iglesia parroquial de San Esteban, solo queda como resto románico un espectacular tímpano encastrado en el muro meridional sobre una ventana tapiada con dos niveles; en el inferior, a los lados de un crismón trinitario, se alinean los doce apóstoles, y en el nivel superior, vemos un Pantocrator en actitud de bendición rodeado de mandorla y tetramorfos, más sendos ángeles inclinados en las esquinas.
BOTAYA - SANGÜESA Atravesamos el pueblo para salir en fuerte ascenso y siempre por pista asfaltada hasta un collado -la Colladona- donde aboca -km. 22,9- a la A-1603 y con vistas sobre el pirineo. Esta carreterita autonómica nos lleva al Monasterio de San Juan de la Peña si giramos a la izquierda, cosa que haremos. Tenemos ahora dos opciones: 1- Seguir el camino de Santiago hasta el Monasterio nuevo de San Juan de la Peña, de visita obligada, tanto este, como el viejo monasterio. Aquí encontraremos un moderno centro de interpretación con visitas guiadas y una hospederia. Tras la visita, si no queremos complicarnos la vida con descensos trialeros y a pie, podemos seguir en descenso hasta Santa Cruz de la Serós por la carreterita asfaltada A-1603. Si tras la visita deseamos seguir el camino marcado con señales, desde el Monasterio Nuevo salen las marcas que abocan al camino que propongo en esta descripción en el km. 26,42. 2- Si ya conocemos el monasterio y nos apetece algo de trialeo y porteo de bici (y tenemos cierto grado de masoquismo), propongo como alternativa seguir la GR-95. Tras alcanzar la A-1603 pedaleamos por ella en ascenso unos 900 mts. hasta que tomamos un sendero a la derecha marcado como GR 95. Tras unos metros de ascenso hasta alcanzar una zona de pasto -collada de Plana Alta- se hace ciclable y cambiamos de vertiente. Pedaleamos en descenso con cuidado por un sendero ancho, resto de lo que parece ser fue un camino más ancho. Ya estamos en la cara norte de la Sierra de San Juan de la Peña y el paisaje cambia, más verde y húmedo y con vistas espectaculares sobre la canal de Berdún, el río Aragón y el pirineo. Santa cruz de la Serós, nuestro siguiente objetivo se halla a nuestros pies en la profundidad del valle y a una altura considerable. Tras pedalear algo más de un kilómetro llegamos a un claro en el bosque donde el camino parece perderse. Si giramos a la derecha en unos metros veremos por donde desciende. Estamos en el Paco San Vicente y partir de este momento deberemos continuar a pie por un sendero muy inclinado, con el terreno muy suelto y que en una serie de lazadas pierde altura de manera considerable. Tras este tramo hay momentos en los que podremos volver a montar en la btt hasta que el sendero aboca a otro -parece bajar del monasterio de San Juan de la Peña- marcado como GR-56 y camino de Santiago esto se hace imposible. Debemos continuar en fuerte descenso por una zona descarnada y suelta con abundantes cantos rodados hasta un punto donde giramos a la izquierda bruscamente siguiendo las señales de GR y flecha amarilla. Este tramo, salvo algunos metros, es imposible de ciclar debido al pedregal en el que esta convertido el sendero. Por fin abocamos a una pista que nos sitúa ya dentro de Santa Cruz de la Serós, lugar emblemático por su historia local que desde el siglo XI al XIX gira en torno a los poderosos monasterios de Santa María y del cercano San Juan de la Peña, perteneciente este último al término de Botaya y la iglesia de San Caprasio en la parte baja del pueblo prototipo de la variante lombarda del románico del siglo XI. Decidimos seguir por la carretera hasta llegar a la N-240, así nos puede acompañar Juan Carlos. A partir de aquí nuestros caminos se separan. El sigue hasta Huesca y nosotros entramos en el Camino de Santiago que desciende desde Somport y que en este tramo discurre por la izquierda de la nacional. Muy pronto, tras atravesar la carretera, llegamos a Santa Cilia de Jaca. Decidimos entrar a ver el pueblo y serpenteamos por sus callejas hasta llegar a la iglesia del pueblo. De vuelta a la carretera, tomamos un andador algo vestido que transita por la derecha de la misma. Este tramo es llano, pero divertido. Nos permite rodar rápido y disfrutar de una temperatura todavía agradable. A nuestra derecha nos acompaña el río Aragón, compañero de gran parte de la etapa de hoy. Poco más tarde, el camino se transforma en un divertido sendero que desciende hasta el río. En un claro del bosque encontramos una curiosa imagen. Los peregrinos han ido depositando piedras en forma de montoncitos a ambos lados del sendero. Es un acto simbólico por el que el peregrino deja parte de su lastre espiritual, pero parece ser una “cristianización” de los montículos de piedras que los romanos ofrecían a Mercurio, protector de los viajeros. El sendero llega al nivel del río y vuelve a la carretera junto al inicio del puente de Puente la Reina de Jaca, antigua Astorito en el codex calixtinus. Son las 9,30 y decidimos que este es un buen sitio donde almorzar algo. Por experiencia de mis anteriores “Caminos”, se que hasta Ruesta no hay posibilidad de tomar nada sin salirse de la ruta. Atravesamos el puente y entramos en el mesón de la Reina para comer algo. Retomamos la ruta volviendo sobre nuestras ruedas volviendo a cruzar el puente y siguiendo por la A-132 durante unos metros hasta desviarnos en dirección a Arrés por un camino asfaltado. Después de 3 km entramos en una pista de tierra, ancha, y marcada con postes de madera con una placa que indica los kilómetros que restan a Santiago. El camino, bastante llano y recto, permite un rodar fluido, ideal para disfrutar del pedaleo y entablar animadas charlas. Son unos 6 km en los que vamos paralelos a la margen izquierda del río Aragón y que al final nos introduce en sus sotos. Al final llegamos a la carreterita de acceso a Martes. Dejamos el pueblo a nuestra izquierda y continuamos por asfalto hasta el puente del Aragón. A poca distancia, antes de entrar en él, giramos a la izquierda. La pista hace unos requiebros para descender hasta el barranco de Sobresechos en el que se ha construido un puente de madera para atravesarlo en momentos de crecida. Creo que es Pedro el que muerde el polvo durante el descenso, pero sin consecuencias para el bilbaíno. Ya estamos en la provincia de Zaragoza. El recorrido es menos llano con varios repechos que nos hacen sudar, ahora que el sol calienta fuerte. Dejamos Mianos a la izquierda, en lo alto. En menos de 3 km llegamos a los pies de Artieda, también en lo alto. En este punto nos volvemos a encontrar con el coche de apoyo y por ende con Manolo. Aprovechamos para beber mucho líquido isotónico y comer unas pastas. No nos quedamos demasiado rato. A esta hora el sol cae con fuerza y nos interesa proseguir. Tras un pequeño tramo de camino de tierra, entramos en la A-1601. A partir de este momento no hay otra alternativa viable y nos esperan 8 km de carreterita hasta Ruesta. Desde la última vez que pasé por aquí las cosas han cambiado de forma dramática debido al polémico recrecimiento del Embalse de Yesa. Nada me parece igual y la verdad es que tan apenas reconozco lo que viene a mi recuerdo. Ahora todo son desmontes y anchas pistas para el acceso de enormes camiones. Solo espero que en Ruesta, cuya impresionante torre defensiva divisamos a lo lejos, no hayan cambiado las cosas y podamos comer. Así es, pero lo encuentro algo desolado. Hace catorce años, son muchos, ya lo sé, lo recuerdo con una gran animación de peregrinos y gente que usaba este pueblo, propiedad de la CGT, como lugar de vacaciones. Hoy, sin embargo, esta casi vacío, pero afortunadamente, en el bar podemos comer. Unas hamburguesas de barbacoa, serán nuestra comida. Eso y gran cantidad de líquido, pues el calor es insoportable. Prolongamos inconscientemente la tertulia porque parece que continuar a estas horas es un suicidio, pero hay que pedalear duro para llegar a nuestro destino. Son algo más de las 2 de la tarde y el sol cae a plomo. Sé que queda un tramo de ascenso en plena sierra, entre zonas de pinares que no hacen otra cosa que aumentar la sensación de sofoco. Tras 2,5 km de asfalto, que hacemos con menos esfuerzo de lo esperado, llegamos a una pista que sale a nuestra derecha. Tal y como me ha comentado un chaval en el bar, parece ser que han abierto una nueva pista para ascender a lo más alto de este tramo. La tomamos y entramos en una zona que llanea. De forma inesperada, Antonio rompe la patilla del cambio. Es la peor avería que podíamos tener. Tras varios intentos por ver como lo podemos solucionar, Tere recuerda que lleva una patilla “universal”. Con poca esperanza de que funcione, Antonio y Chavi, diestros mecánicos, consiguen instalarla. Menos mal que el incidente ha ocurrido en una zona de sombra. Con mucho miedo y poca fe en que el remedio aguante, continuamos pedaleando intentando forzar el ritmo lo menos posible, pero una cosa es el deseo y otra la cruda realidad. Debemos abandonar la pista y tomar un desvío a partir del cual comienzan unas rampas bastante fuertes y continuadas que ponen a prueba el apaño. Afortunadamente la bici resiste bien y sin problemas, pero nosotros empezamos a sufrir el fuerte calor. Cada vez que surge la ocasión, aprovechamos para meternos bajo la sombra de algún árbol para beber y cobijarnos de los rayos del sol. Por fin, tras casi 4 km de ascenso, llegamos a un alto en el que, al menos, el aire nos alivia un poco. Cobijados bajo unas carrascas parecemos pollitos bajo una gallina clueca. Tomamos aire y bebemos todo lo que podemos. Al menos se que a partir de este momento el tramo es descendente y no hay mas subidas fuertes. Estamos en un cruce de caminos donde retomamos el recorrido que hice en anteriores viajes. Entramos en una pista que están remodelando y el terreno está muy suelto. El disfrute del descenso se transforma en una cierta preocupación por no caer en las trampas de tierra y rodadas del camino. Al final de la bajada llegamos a Undués de Lerda, pueblo que dejamos a la izquierda. Salvo en algunos tramos, se trata de pistas anchas que nos permiten rodar a toda velocidad, solo ocasionalmente interrumpidos por algunos pequeños repechos. Entramos en tierras navarras y la pista acaba cuando entramos en la NA-5410. Ya más tranquilos y con la seguridad de llegar a nuestro destino, pedaleamos en fila india por el asfalto para llegar a Sangüesa en 2 km. Atravesamos algo despistados el pueblo hasta dar con la pensión J. P. donde vamos a dormir y a la que llegamos después de atravesar un puente metálico sobre el río Aragón. Alternativas
Cartografía
Pueblos del recorrido CHIMILLAS Lugar de 150 h.; 520 m. de altitud. Ayuntamiento propio físicamente integrado en la Hoya de Huesca. Se mencionan heredades en "Gimellas" el año 1098 -Colección Diplomática de Pedro 1- y reunía 13 fuegos (1 cristiano y 12 musulmanes) en 1495 (A. Ubieto). Acceso desde la N-240. Gran parte de las viviendas escoltan la carretera antigua que le unía con Banastás; destaca una enorme mansión con portada adintelada sobre pilastras que lucen capitel corintio y escudo de los Cebrián. La parroquial de San Jorge es edificio popular de los ss. XVII-XVIII. Ermita de Cillas, con arboleda y manantiales de tradición milagrera, especialmente concurrida en la noche de San Juan; tiene antecedentes romanos -monedas-; la ermita es obra de José Sofi y estaba concluida en 1744. BOLEA Villa de 739 h.; cabecera del municipio de La Sotonera, que adscribe las entidades de: Aniés, Esquedas, Lierta, Plasencia del Monte, Puibolea y Quinzano. 627 m. dc altitud. Colegio público. Accesos desde la N-240, por Ayerbe o Esquedas. Se documenta en 1097, censando 100 fuegos en 1543. Sempiterno vigía de la llanura tiene orígenes romanos y será amurallado por el Islam, defensa en parte perviviente como apoyo de las nuevas viviendas que desbordaron el casco viejo tras conquistarlo Pedro ¡ en 1101. La arquitectura doméstica sigue rasgos acordes con el área del Somontano. En el sector mas alto fue construida a mediados del s. XVI la imponente Colegiata. -M.H.A.-, con retablo de época, recientemente restaurado. Iglesia dc Ntr. Sra. de la Soledad, s. XVIII, y ermitas de: Virgen de Mueras, edificio románico que perdió su cabecera, con interesantes capiteles; Santa Quitena, s. XVIII; La Trinidad, antiguo convento; San Andrés y San José -ruinosas- y San Joaquín. Poblado ibérico de Betance y romano de La Corona que han suministrado numeroso monetario de época y estatua femenina acéfala. ANIÉS Lugar de 199 fr; 761 m. de altitud. Pertenece al municipio de La Sotonera. Se cita en 1069 y tenía 21 fuegos en 1543. Accesos desde la N240, por Bolea o Ayerbe. Interesante vecindad con casonas que arrancan del s. XVIII, luciendo variados escudos armeros: Ayalas, Seral, Otal, López... La parroquial posee obra románica, experimentado profundos cambios en el s. XVIII; el ábside originario ha pasado a los pies, algunos modillones penden bajo el tejaroz y la portada continua inalterada. Ermitas de San Cosme y Santa Bárbara, ambas del s. XVII. Ermita virgen de La Peña, inaccesible y colgada, junto a la casa del santero que dispone de hogar, estantes repletos de vajilla antigua y mirador solano con sobrecogedora panorámica de los campos cerealistas. Ermita de San Cristóbal, clavada en los fondos de un abismo infernal, entre celdas de eremitas y las aguas claras del naciente Sotón. LOARRE Villa de 306 h.; a 773 m. de altitud. Ayuntamiento propio que administra las entidades de: Jabarrillo, Linás de Marcuello, Liso, Novalla, Santa Engracia y Sarsamarcuello. Comunicación desde la carretera Huesca-Ayefbe (N-240). Se documenta en 1099, nutriéndole 45 fuegos en 1495. El caserío de Loarre gana lentamente la falda montuosa, observando distribución radial. La plaza, con fuente ajardinada, es el centro urbano que articula callejas descendentes o en cuesta. En esta plaza se ubica el Ayuntamiento, obra del s. XVI con patio porticado y galería de vanos -ladrillo-; al lado, pintoresca fuente de tres caños y abundante caudal, fechada en 1552. La parroquial de San Esteban -s. XVII-, eleva interesante torre renacentista, con chapitel octogonal y pináculos de tradición gótica; se ha restaurado recientemente. Ermita de Santa Agueda, edificio románico que ha perdido la cabecera; al costado, despoblado medieval en lugar estratégico. Ermitas populares de Santa Marina y San Juan. Su famoso castillo -M.H.A.- es obra cumbre entre las fortificaciones románicas peninsulares; defensas y pitones de roca caliza se abrazan en armoniosa simbiosis, causando asombro su inexpugnabilidad; el primitivo recinto se realiza alrededor de 1020; en el último cuarto del siglo XI se construye cripta e iglesia de San Pedro; en el s. XIII la muralla perimetral. SANTA ENGRACIA DE LOARRE Aldea de 32 h.; a 760 m. de altitud; pertenece al municipio de Loarre. Accesos desde la N-240, por Loarre o Bolea. A fines del s. XV abría 5 hogares. Conjunto situado al pie de la sierra de Loarre, con las viviendas agrupadas a lo largo de una calle en cuyo extremo noreste se construyó la iglesia, sin estilo definido. La arquitectura doméstica usa preferentemente mampostería sin revocar, diseñando volúmenes de poca magnitud, bajos de altura y alineación irregular. A la entrada de la localidad hay una cruz de término de carácter muy popular. SARSAMARCUELLO Lugar de 77 h.; a 744 m. de altura; municipio de Loarre. Accesos a partir de la N-240, desde Ayerbe o por Bolea. La primera mención data dc 1104 -Cartulario de Montearagón-; abriendo 26 hogares en 1495. Es localidad de ladera fragmentada en dos barriadas a diferentes niveles, enlazadas por una calle dc fuerte pendiente; algunas de las viviendas llevan fecha dc los s. XVI-XVII. El templo dedicado a San Nicolás de Bari es del s. XVIII. Una pista trepa hasta superar los 1.100 m. de altitud, allí sc construyó una formidable torre rectangular en tiempos de Ramiro I, recreciéndose con Sancho Ramírez, pues en 1074 se conoce el primer tenente; junto al castillo se armó una iglesia en el s. XII y un poco mas lejos otra dedicada a San Miguel -s. XII-. Yacimientos inéditos iberorromanos dan pie para situar el paso de la calzada romana Zaragoza-Lesear por las inmediaciones del castillo de Marcuello. ESTACIÓN DE LA PEÑA El topónimo hace alusión al pantano que almacena aguas del río Gállego, casas de la presa y barrio de la estación, con 81 h. y 510 m. De altitud, armado tras el tendido de la línea de ferrocarril en dirección a Canfranc, sobre terraza natural aledaña al río. El embalse de La Peña se autoriza en 1903, construyéndose en 1913; presa de gravedad con 59 m. de altura y capacidad de 25 Hm3. En el extremo norte del puente de hierro se levantan las casas del pantano, nueva ermita de la Virgen, que sustituye a la Virgen del Puente-anegada-, hostal y gasolinera. En la cresta caliza que domina el paso de la carretera, subsisten vestigios del castillo de Cacabiello, regido por tenentes entre 1033-83. Bajo las aguas resiste un puente quizá tendido en época romana, con reparaciones medievales. En la Foz de Escalete, paisaje de interés, cavidades funerarias de edad prehistórica. ENA Lugar de 37 h.; en la comarca del Sodoruel, a 768 m. de altitud. Municipio de Las Peñas de Riglos. Acceso por la carretera Pantano de la Peña-Jaca. Se menciona en 1013 -Cartulario de San Juan de la Peña-, abriendo 13 hogares en 1495. Hubo un verdadero enjambre de pardinas y poblados medievales en sus inmediaciones: Nublas, Especiello, Casanova, Medianeta, Lanzaco, Ordaniso, Cerzún y Altasobre. Ena es pueblo espeso anclado en una arruga gastada, cabecera de amplio valle. Al noreste, un poco despegado, el barrio de El Palacio. Es conjunto de calidad, destacando casa Ascaso-1689- donde arde ocasionalmente singular horno exento y casa Laborda, magnífica por dentro. Parroquial de San Pedro y ermita de la Virgen del Camino, ambas populares. Dos molinos harineros. En la publicación "La red viana romana en Aragón", su autora introduce una nueva situación para la mansio Ebellino, entre Ena y Botaya, "Aunque el recorrido por estas sierras ha sido infructuoso"; cerca de Ena hemos localizado dos yacimientos inéditos de época romana, uno de ellos importante. BOTAYA Lugar de 39 h.; 967 m. dc altitud. Municipio de Jaca. Se documenta en 1149, alimentando 5 fuegos en 1488. Población comunicada con el vial que lleva a San Juan de la Peña. La calle Unica desemboca en la plaza de la Iglesia, con dos rancios casales del s. XVI: Francha y el Herrero, ambos fechados en 1598; casa Bandrés posee vano geminado con arquitos conopiales; los magníficos vanos de la fachada de casa Huesa fueron transplantados a la abadía de Banaguás. Parroquial de San Esteban -s. XII-, con histórico tímpano rebosante de tradición cristina; fue reformada en el s. XVII. Primoroso románico exhibe la ermita de San Miguel que acompaña la quietud del cementerio. Despoblados de Botayuela, cerámica romana y medieval junto a iglesia románica, y Botartal -ruinas-. Ermita de San Adrián, popular. SAN JUAN DE LA PEÑA Instalado en paraje de singular hermosura, exuberante vegetación y peñascales inverosímiles que rezuman leyendas e historia. En la pradera de San Indalecio se inicio a fines del s. XVII la iglesia del monasterio Alto -M.H.A.-, con preciosa portada de filigrana barroca. El monasterio Viejo -M.H.A.-, al pie de un precipicio, hunde sus raíces en la leyenda de los eremitas Voto y Félix, documentándose en el s. X el monasterio de los santos Julián y Basilisa que pervive en la iglesia Baja -arcos de herradura-; a fines del s. XI se consagró la iglesia Alta; claustro del románico pleno -s. XII- magistralmente integrado al cielo de piedra y a la cortina vegetal que lo esconde. SANTA CRUZ DE LA SEROS Lugar de 105 h. a 788 m. de altitud; municipio propio que administra la entidad menor de Binacua. Conecta con la C-134 y con San Juan de la Peña. Se menciona en 1077, censando 6 fuegos en 1488. Santa Cruz de la Serós, a orillas del barranco Carbonera, busca norte arriba el Campo de Jaca. Su caserío, intenso y popular, aguanta chimeneas aragonesas con vértices míticos, buhardillas con signos cruciformes y portadas sintonizadas con arquetipos románicos. En el casco urbano se guardan dos auténticas joyas arquitécbonicas, ambas Monumento Nacional: la parroquial de San Caprasio y la monástica de Santa Cruz. La primera es el mas equilibrado y perfeccionista ejemplar dcl románico lombardo oscense -s. Xl-. El monasterio de Santa María se construía en 1095, auspiciado por la condesa Sancha; su portada, réplica de la catedralicia jaquesa, aunque mas tosca, introduce en la penumbra de la nave enriquecida con cimborrio y enigmática sala octogonal encima, eclosionando en la cavidad absidial presidida por retablo gótico del s. XVI; la torre, corpulenta y solemne, está entre lo mas insigne del románico peninsular. SANTA CILlA DE JACA Lugar de 176 h. a 649 m. de altitud; municipio de la comarca Jacetania que tiene adscrita la entidad de Somanés. Núcleo situado en la carretera comarcal C-134, entre Jaca y Puente la Reina. Se cita en documento falso de 1098, aglutinando 22 fuegos en 1488. Localidad de compleja trama viaria, en cl Camino de Santiago. En la calle Mayor brilla la portada gótica del ayuntamiento -s. XVI- y a la iglesia hace compañía el Palacio, casa que impresiona por sus dimensiones, solidez y prestancia -s. XVI-: la fachada abre dos puertas doveladas -una cegada-, ventana geminada de arquitos trilobulados y otros vanos de gran finura; en el muro oeste ventana geminada que ha perdido el mainel. Amplio muestrario de vanos, magistrales chimeneas armadas con sensibilidad y ladrillos, piedra, losa, teja plana, teja árabe, para crear un perfil urbanístico exquisito. La parroquial de Santa Cecilia es edificio popular con torre alzada en 1646; en el interior buen retablo renacentista. Ermita Virgen de la Peña, en los cantiles rojizos de los picos Cuculo y San Salvador. Necrópolis medievales de San Martín y San Chairne. Instalaciones de camping. Alojamientos Es necesario informarse previamente de la posibilidad de encontrar alojamiento en los lugares por donde pasamos ya que, en su mayoría, son pequeños pueblecitos sin apenas servicios . Doy a continuación los datos de los que he encontardo o conozco. Como vereis, en el final de la etapa primera no hay posibilidad de alojamiento, o al menos, no lo he encontrado. Salvo que llevemos tienda de campaña, tenemos dos opciones: Acercarnos al Molino de Yeste, muy próximo, o podemos acercarnos al pueblo de Santa María de la Peña, a unos 4 km, donde hay un par de hostales (informaros previamente "por si las moscas").
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